quinta-feira, 9 de maio de 2013

La soja se lleva nitrógeno

Un trabajo publicado por investigadores de América latina en la revista Science, advierte sobre la caída del nutriente en la región pampeana.
El nitrógeno, uno de los principales nutrientes para el desarrollo de los cultivos, podría mostrar deficiencias en gran parte de la región pampeana argentina en las próximas décadas, al tiempo que en las grandes ciudades representa un factor creciente de contaminación, con impactos sobre el suministro de agua y la salud humana.

La afirmación corresponde a un trabajo publicado este mes por la prestigiosa revista científica Science, elaborado por un grupo de investigadores de la Argentina, Brasil, Venezuela y México, donde se analizó el impacto humano sobre el ciclo de nitrógeno en América Latina y se propusieron algunas soluciones sustentables para el futuro.

Sin reposición

“A diferencia de lo que sucede con la agricultura en el Hemisferio Norte, algunos de los problemas asociados al nitrógeno en América latina no tienen que ver con la contaminación generada en el suelo por el exceso de este nutriente, sino con la falta”, explicó Amy Austin, investigadora independiente de CONICET, profesora de la Cátedra de Ecología de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y una de las autoras de la publicación.

Al respecto, señaló que en la Argentina y Brasil, que juntos producen el 40% de la soja en el mundo, se da un caso particular para el ciclo del nitrógeno, porque si bien el cultivo de soja tiene la capacidad de captar nitrógeno del aire mediante la fijación biológica, este proceso no llega a compensar las pérdidas generadas por la exportación de granos.

En la Argentina la caída del nutriente es mayor respecto de Brasil, puesto que en la región pampeana la buena fertilidad de los suelos hace que no se estimule la fijación de nitrógeno. “Los productores no agregan fertilizantes nitrogenados a la soja y, como consecuencia, se exporta más nitrógeno del que se fija. El resultado es deficitario y por eso estamos teniendo una fuga sustancial de nitrógeno en la mayoría de las zonas cultivadas con soja”, dijo Austin.

A tomar medidas

“Además de la pérdida del nutriente en el suelo, como consecuencia del monocultivo de soja, la agricultura tiene otro problema asociado al ciclo del nitrógeno. La expansión de la frontera agrícola hace que cada año se quemen unos 150.000 km2 de bosques en la región, generando una gran transferencia de nitrógeno a la atmósfera, que luego se vuelve a depositar en el suelo e impacta sobre los ecosistemas y la salud humana”, advirtió Austin.

“El problema crece con la migración del campo a la ciudad, como resultado de la marginación y la pobreza que enfrentan muchos pequeños agricultores”, señaló la investigadora de la FAUBA. EcoPortal.net

Campolitoral

Data: 03.05.2013
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