quarta-feira, 20 de novembro de 2013

Cultivo y usos potenciales de la Moringa en la isla de Tenerife

Do blog:
Introducción.

Moringa oleifera Lam, es conocida en España como Moringa. Esta planta pertenece a la familia Moringaceae dentro del inmenso orden Brassicales, que también incluye la familia de la col y del rábano. El género Moringa es el único en la familia moringaceae, al que pertenecen 13 especies, todas ellas son árboles de climas tropicales y subtropicales.
La moringa es una planta originaria del norte de la India, en una amplia zona al sur de la cordillera del Himalaya que va desde el noreste de Pakistan hasta el noroeste de Bangladesh (Parrotta, J. 1993). Crece y se desarrolla muy bien en zonas cuya temperatura media oscila entre 12,6 y 40 ºC, lo cual es un factor clave en el crecimiento y productividad de la planta ya que regula la respiración, que está relacionada con la fotosíntesis.
Es resistente a la sequía, adaptándose bien en zonas áridas y semiáridas donde la precipitación anual puede ser de 300 mm. En España, la distribución y desarrollo de la moringa está condicionada en la península y baleares por la temperatura; según Godino, M. et. al. (2013) para tener un óptimo crecimiento y alta producción de vainas y hojas, la planta necesita altas temperaturas medias diarias durante el año entre los 25 y 35 ºC. Por ello, las condiciones más favorables para su cultivo se encuentran en las Islas Canarias.

La moringa no tolera el encharcamiento y sobresaturación de agua del terreno, por lo tanto se prefieren suelos franco arenosos con buen drenaje y en lugares con baja pluviosidad.

Cultivo de la moringa en Tenerife
La ubicación de Canarias en la misma latitud (28º) de la zona de origen de la moringa, le confiere las condiciones climatológicas ideales para su desarrollo hasta los 600 metros de altitud. La introducción de la planta en Tenerife sucede en el año 2010 en una finca al norte de la isla, fallando las primeras siembras. Posteriormente, a partir de 2011 se desarrolla un proyecto de plantación en una finca ubicada en el municipio de Güimar al sureste de la isla. 

Desde entonces se han plantado hasta inicio del año 2013 seis fincas con aproximadamente 300.000 árboles y unos resultados de producción satisfactorios que han promovido nuevas plantaciones, con el objetivo de alcanzar a final de año 1.000.000 de árboles.

Información botánica.
La moringa es un árbol siempreverde de tamaño pequeño y crecimiento acelerado (unos tres metros en su primer año) que usualmente alcanza de 10 a 12 metros de altura máxima. Tiene una copa abierta y ramas espaciadas inclinadas y frágiles, y una corteza gruesa, blanquecina y de aspecto corchoso. Posee un follaje de hojas compuestas tripinadas, alternas, color verde claro, con una longitud de 30 a 60 cm. Estan dispuestas en grupos de folíolos con cinco pares de éstos acomodados sobre el pecíolo principal y un folíolo en la parte terminal.

Florece a los 7 meses de su plantación. Las flores son bisexuales con pétalos blancos (cinco pétalos largos y con forma de espátula) y estambres amarillos, fragantes (olor agradable y suave). 

Las frutas son vainas de color marrón oscuro, con tres surcos longitudinales llegando a alcanzar de 20 a 45 cm de largo (excepcionalmente 120 cm) y 2 a 2,5 cm de ancho. En su interior contiene incrustadas aproximadamente 20 semillas de color marrón oscuro, globulares de 1 cm de diámetro con alas.
La planta desarrolla una raíz pivotante tuberosa, blanca y de aspecto hinchada (gruesa), con un olor picante característico. Los árboles obtenidos de semillas presentan un sistema extenso de raíces laterales tuberosas y gruesas.

Desarrollo de la planta.

Entre las características de la moringa como cultivo destaca su gran velocidad de crecimiento, su facilidad de propagación, su capacidad de aceptar grandes podas y su gran rusticidad.
La moringa se propaga por semillas y tiene germinación epigea (significa que los cotiledones emergen del suelo), con profundidad óptima de siembra de 1 a 2 cm. La tasa de germinación varía entre 60 y 90% sin pretratamiento. Cuando las semillas se colocan en agua durante 24 horas, a temperatura ambiente, la germinación aumenta (Medina, M. et. al. 2007). 

La germinación ocurre a los tres o cuatro días después de la siembra y a los dos meses la planta tiene una altura aproximada de 1,5 metros y está lista para su trasplante a un sitio definitivo (plantación). Se puede obviar este paso y hacer lo que se conoce como siembra directa.

La planta también se propaga fácilmente por estacas (reproducción vegetativa), pero los árboles no desarrollan raíz pivotante. Debe considerarse este aspecto a la hora de elegir éste método de siembra.

Cultivo para producción de semillas

En una hectárea de terreno se plantan entre 700 y 1.100 árboles. La distancia entre plantas es de 3,5 a 3 metros en huecos de 30x30x30 cm. Es importante que a medida que el árbol crezca se le hagan podas de formación, para que la planta no se elongue demasiado y en cambio se ensanche para facilitar posteriormente la recolección de semillas. Se debe esperar un año para que estos alcancen una altura de 5 a 8 metros e inicien la producción de frutas, la cual aumentará con el paso de los años. Una vez la fruta madura (la vaina presenta un color marrón oscuro) empieza la cosecha de las semillas destinadas a nuevas siembras o, a su consumo tostada como el maní, o molida para purificación de aguas, o para la extracción de aceite comestible, etc. 

Cada árbol produce al año un promedio de 4 kg de semillas, para un total mínimo de 2.800 kilos por hectárea/año, con un 35% de aceite. La planta a partir de los siguientes años comienza a aumentar su producción de semillas.

Cultivo para producción de forraje u hojas para consumo humano

La densidad de siembra es entre 350.000 y 1.000.000 de plántas/hectárea (marco de plantación de 16,9x16,9 cm y 10x10 cm respectivamente). El primer corte debe hacerse a los 60 días después de plantación, con el fin de que la planta haya enraizado convenientemente, los siguientes cortes deben hacerse cada 45 días cuando las plantas tengan una altura de 1,3 a 1,5 metros aproximadamente. La moringa rebrota vigorosamente después de cortada, produciendo de cuatro a ocho brotes por tocón. El corte del follaje (biomasa fresca) debe hacerse de 20 a 30 cm sobre el suelo; Nouman, W. et. al. (2013) obtuvieron la máxima producción de biomasa fresca (gramos/planta) cuando las plantas se cosecharon a 30 cm.

La densidad de 1.000.000 de plantas/hectárea se considera la mejor opción ya que una densidad mayor tiene como consecuencia el fototropismo. Una segunda opción es la de 350.000 plantas/hectárea, aunque con esta densidad la producción merma un 60%.

Usos potenciales.

Dado que la moringa es una planta multipropósitos vamos a desarrollar algunos de los usos potenciales que tendría en la isla de Tenerife.

Prevención de enfermedades

Los radicales libres son moléculas inestables que crean una reacción en cadena que daña a las células del organismo humano: atacan a los lípidos y proteínas de la membrana celular por lo que la célula no puede realizar sus funciones vitales y atacan al ADN impidiendo la replicación celular y favoreciendo el envejecimiento. Por el contrario, los antioxidantes son sustancias que tienen la capacidad de inhibir los radicales libres. Moringa oleifera es una fuente importante de antioxidantes (Santos, A. et. al. 2012). Antioxidantes naturales tales como vitamina C, tocoferoles (familia de vitamina E), flavonoides y otros compuestos fenolicos se conoce que estan presentes en la moringa (Pakade, V. et. al. 2013).
El consumo de la moringa por medio de extractos, infusiones, aceites, polvos, entre otros, es beneficioso porque previene enfermedades (Anwar, F. et. al. 2007). Esto se debe a que la planta contiene una gran cantidad de compuestos fitoquímicos específicos (ver figura 2) que tienen actividad hipotensiva, contra el cáncer y antibacterial (Fahey, J. W. 2005). También se conoce que extractos de raíz tienen acción antiinflamatoria (Ndiaye, M. et. al. 2002 y Bonal, M. et. al. 2012).

En la dieta diaria

La moringa se puede consumir de diferentes formas: las vainas tiernas se usan en sopas; las raíces tienen sabor picante (como el rábano) y se usan como condimento; las hojas se comen como verduras o como harina de hoja (seca y molida), además contienen todos los aminoácidos esenciales en un nivel alto y balanceado; las semillas maduras se tuestan y se consumen como nueces, siendo su sabor dulce, ligeramente amargo y agradable. Un recetario sobre elaboración de platos con moringa se puede consultar, haga clic aquí.
Las proteínas de los alimentos son indispensables para la vida y la salud. Estas sirven como fuente de aminoácidos en cantidades que debe ingerir un individuo para realizar sus funciones metabólicas y procesos fisiológicos a un nivel normal. Así también, las vitaminas como nutrientes esenciales deben ser aportadas con la dieta, ya que cumplen entre otras funciones, servir como coenzimas en diversas reacciones metabólicas en el organismo. Una característica importante de la moringa es el alto contenido de proteína en sus hojas. Los análisis de hojas secas muestran que hasta el 30% de su peso es contenido proteínico (Olson, M. y J. Fahey, 2011). Estudios sobre la composición química y valores nutricionales de hojas frescas de Moringa oleifera muestran contenidos aceptables de proteínas, humedad, grasa y carbohidratos (11,9; 73,9; 1,1 y 10,6% respectivamente), según Yaméogo, C. W. et. al. (2011).

La Tabla 1 muestra el contenido nutritivo de las hojas de moringa en comparación con otros alimentos.

Para extracción de aceite comestible

Se ha valorado principalmente en la moringa sus frutas, hojas, raíces, todas comestibles pero el aceite obtenido de las semillas también es importante. Se sabe que las semillas de moringa contienen un 35% de aceite. Es un aceite de muy alta calidad, poco viscoso y dulce, con un 73% de ácido oleico, de calidad por tanto similar al aceite de oliva, además de tener contenidos altos de ácidos grasos monoinsaturados (Lalas, S. y J. Tsaknis, 2002). Empleado en la cocina, no se vuelve rancio, es muy bueno para aliño de ensaladas. También puede tener interesantes aplicaciones, por cuanto este aceite arde sin producir humo, es apto por tanto como combustible.

La extracción del aceite sigue un proceso muy sencillo: la semilla de moringa tiene un grano bastante blando, por lo que el aceite se puede extraer manualmente usando una prensa a rosca. Para ello, primero se tritura el grano de la semilla, se agrega un 10% del volumen en agua y se calienta a fuego lento durante unos 10-15 minutos, teniendo cuidado de no quemar los granos triturados. Con este método se pueden extraer 2,6 litros de aceite de 11 kilogramos de granos, se puede esperar una eficiencia de extracción del 65%.

Para estimular el crecimiento de los cultivos

Las hojas de Moringa oleifera son ricas en Zeatina (una citoquinina). Las citoquininas constituyen un grupo de hormonas vegetales que promueven la división y la diferenciación celular. El extracto foliar de moringa (diluido 30 veces) es efectivo para aumentar el crecimiento de las plantas e incrementar el rendimiento de los cultivos. Yazmeen, A. et. al. (2012) aplicando dicho extracto en aspersiones foliares sobre Trigo, obtuvieron un aumento de 10,7% en la producción de grano. Dichos autores también citan resultados favorables de incremento del rendimiento en otros cultivos: millo (23,3%), arroz (45,8%), pepino (62,9%) y melón (36,8%).

Se sabe también que los subproductos derivados del procesado de la semilla para extraer aceite, forman una torta muy indicada como fertilizante orgánico, con un alto contenido en nitrógeno.

Para usar el follaje en compostaje
En árboles de moringa que se cultivan para producción de semillas, quincenalmente se recoge la producción de hojarasca. La hojarasca es la acumulación de los residuos vegetales (por ej. hojas, tallos, frutas, etc) sobre la superficie del suelo, que están siendo sometidos a una serie de procesos químicos y ambientales que contribuyen a la liberación de minerales que constituyen una importante fuente de nutrientes para las plantas. Esta hojarasca ha sido estudiada junto con la de otras especies forrajeras (Leucaena leucocephala yGuazuma ulmifolia) en monocultivo y asociadas. Dicha hojarasca puede ser un buen material para conformar una pila de compost.

El compost es un abono excelente para la agricultura. En su elaboración se requiere que los materiales de partida para realizar la pila de compost, tengan una proporción C/N adecuada de 25-35, es decir 25 unidades de carbono por cada una de nitrógeno. Valores adecuados (C:N = 29) en hojarasca de M. oleifera, como se aprecia en la tabla, han sido obtenidos por Petit-Aldana, J. et. al. (2011). Esto demuestra la calidad y el uso potencial para compostaje. 

Por el contrario, hay que tener en cuenta que emplear hojarasca o follaje de moringa para elaborar vermicompost no es recomendado. Se ha reportado que su empleo en la formulación alimenticia de la lombriz roja tiene un efecto nocivo que esta relacionado con la presencia en la planta de polifenoles, terpenos, lectinas y alcaloides (Cova, L. J. et. al., 2007).
Para usar como forraje
Las hojas de moringa son un forraje muy completo. Es rico en proteínas, vitaminas, minerales. Con una palatabilidad excelente las hojas son consumidas por rumiantes, cerdos y aves.

Los análisis bromatológicos de dicho forraje indican entre 21,59 y 26,74% de proteína, como se observa en la tabla 2. También se conoce que presenta un contenido en grasa de 5,86% y un 15% de fibra.

En siembras de moringa para forraje la productividad es de aproximadamente 10 toneladas/hectárea por corte, considerando una densidad de 1.000.000 de plantas/hectárea y 8 cortes al año de forraje fresco. Se ha determinado que la edad de corte más conveniente por la producción de biomasa fresca (follaje) que se obtiene es a los 45 días; además se logra un mejor balance para la ceba de novillos, pues la proteína se reduce y la fibra aumenta (Pérez, A. et. al. 2010).

Otra forma de suministrar el follaje de moringa en la alimentación de animales, es mediante pellets. El proceso sigue los siguientes pasos: deshidratación, molienda, acondicionamiento, extruido o peletizado. Con esto se obtiene un alimento concentrado de alta conversión y bajo costo.

Para disminuir la erosión del suelo

La erosión hídrica es el tipo de erosión acelerada que con mayor intensidad contribuye a la pérdida de suelos. En Tenerife un 41% de la superficie agrícola está afectada por procesos graves de erosión acelerada, lo que supone unas 85.000 hectáreas. Este proceso de erosión tiene como factor de erodabilidad las lluvias intensas, de carácter estacional, que generan escorrentía y producen sedimentos debido al arrastre de los agregados de la superficie del suelo desnudo (Rodríguez, A. et. al. 2002). Los agregados del suelo son las partículas primarias que lo componen, unidas debido a la acción de fuerzas naturales y sustancias provenientes de exudados de las raíces y de la actividad microbiana. Su estabilidad es la capacidad de mantenerse como agregados al someterse a la acción del agua como factor de degradación. Un signo evidente de erosión es la escorrentía de agua turbia, lo cual indica que contiene sedimentos en suspensión.

Existen dos formas de emplear la moringa que pueden estudiarse a objeto de disminuir la erosión:

Primero.

Las semillas machacadas hasta reducirlas a polvo y así mezcladas en el agua con sedimentos, remueve en un 90% las partículas sólidas. Esto ocurre por el efecto de la diferencia de cargas eléctricas que se establece entre las partículas de sedimentos que se encuentran en suspensión en el agua y las partículas pulverizadas de semillas de moringa. Se producen "corrientes eléctricas" que aglutinan las partículas en suspensión en torno a las partículas de las semillas, haciéndolas gruesas hasta que la fuerza de la gravedad las arrastra hacia el fondo (Paterniani, J. E. et. al. 2009). La proporción que se usa con este fin es dos gramos de semillas pulverizadas por litro de agua. 
Segundo.

La aplicación de extracto de moringa (polvo de semilla con cáscara en disolución con cloruro sódico 1M) incrementa la floculación a dosis bajas de extracto en el agua a tratar: agregar un mililitro de extrato por litro de agua (Sánchez, J. y J. de Heredia, 2010 y Madrona, G. et. al. 2012).

La floculación es un proceso químico mediante el cual, con la adición de un agente floculante, se aglutinan las partículas coloidales (sedimentos) presentes en el agua, causando de esta forma que precipiten. En el extracto de moringa el agente floculante es una proteína que ha sido caracterizada por Broin, M. et. al. (2002).

Bibliografía.

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Publicado por dfran
Data: 06.11.2013
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